lunes, 26 de mayo de 2008

OTRO MENSAJE DE JAVIER SOBRE LA PERCEPCION DE NUESTROS HIJOS...

Estimada María:

Estoy de acuerdo contigo pero no del todo, ya que ningún extremo es
bueno.

Efectivamente, todo mundo nos vende sus ideas o productos (ABA,
TEACCH, Dietas, Quelaciones, etc.) hablando maravillas y nos hace
esperar mas de lo que realmente beneficiaría o incluso, en ocasiones
nos dan esperanzas sobre una probabilidad muy baja.

Sin entrar a detalles, tal vez las intervenciones sí dieron un
beneficio mas no fué al nivel que esperabas y por lo mismo, te
sientes frustrada.

Aquí yo veo dos situaciones que te hacen sentir así:

1.- Permites que tu impulsividad mande sobre tí en lugar del
razonamiento objetivo, dando mayor valor a las palabras alentadoras
que a las estadísticas reales. Cuando valores una intervención,
trata de ser lo mas crítica posible y cuestiona todo e incluso, si
decides aplicarla, determina el beneficio posible real.

2.- No se vale comparar a tu hijo con otros niños y mucho menos si
son de un nivel muy diferente. Temple Gradin es un muy buen
ejemplo de inspiración para aquellos que tengan niños con autismo
leve o Asperger, pero no para un niño como el tuyo.

Cuando pienses en tu hijo, no veas a los demás niños, velo solo a él
y piensa si hoy está mejor que ayer. Tus metas debes fijarlas en
razón de sus capacidades y al final del camino, sabrás que has
cumplido con tu destino si tu hijo logra llegar al 100% de lo que
sus posibilidades permitían. Tu hijo trascenderá en razón de él
mismo, no de los demás.

Es bueno soñar y tener esperanzas, siempre y cuando sean concretas y
alcanzables. Al día de hoy, no centres tu mente en si tu hijo
estudiará o será independiente, tampoco en si llegará a hablar, hoy
dedícate a ayudarle a comunicarse contigo y cuando logres eso, pasa
al siguiente nivel. No trates de correr, camina... pero con pasos
firmes.

Por otro lado, todo lo que me has descrito sobre tu hijo son
conductas que ni TEACCH, ni la Integración Sensorial ni los Remedios
Biológicos le quitarán. Necesitas ir pensando seriamente en buscar
un profesional que pueda aplicar ABA a tu hijo y verás como las
cosas pueden ser muy diferentes. En el DIF de Reynosa hemos
recibido a adolescentes con conductas similares y aún en ellos, a su
edad, se pueden remediar.

Recuerda siempre que tu hijo es capaz de muchas cosas y que no
existen niños que no puedan aprender, existen maestros que no han
sabido enseñarles.

Ahora bien, si te gusta escuchar historias que sean de casos mas
parecidos a tu hijo, con gusto te platicaré rápidamente de mi hijo:

Javiercito tiene 11 años, mide 1.65, pesa 75 kgs. y tiene autismo
severo o profundo. Cuando fué diagnosticado, los neurólogos y
psicólogos, entre ellos Mariah Spanglet quien lo conoció
personalmente, me dijeron que él nunca hablaría. De pequeño no
soportaba que lo tocaran, su atención estaba totalemente dispersa,
sin ninguna habilidad, con serios problemas de autoagresión (muchas
veces él solo llegó a abrirse la cabeza a golpes contra la pared) y
no obedecía ninguna instrucción.

Al día de hoy, tiene un vocabulario muy limitado (300 palabras máx.)
pero las aplica funcional y espontáneamente, es decir, se comunica
para expresar. Aún tiene ligeros episodios autoagresivos, pero los
controlamos inmediatamente y cada día son menos.

Mi hijo es muy sociable, gusta de jugar y participar con otros
niños, cumple por sí solo todas las funciones de autocuidado
(bañarse, escoger su ropa y comida, vestirse, lavarse las manos,
comer con utensilios, ir al baño, recoger su cuarto, lavarse los
dientes y las manos, etc.), y dentro de los límites del hogar, mi
hijo es bastante independiente, pues hasta ha aprendido a cocinar
algunas cosas y no se quema con el sartén ni se corta con el
cuchillo.

Cuando lo llevo al cine o a un restaurant, él pide al mesero lo que
desea (espaguetti, tacos, carne, pollo, pizza, alitas, salchichas,
tamales, papitas, etc.) y sabe esperar a ser atendido, es decir,
conoce y sigue los lineamientos sociales. De hecho, acostumbramos
llevarlo en Semana Santa a Sea World en San Antonio, TX y acepta
estar entre tanta multitud, cosa que muchos niños regulares no
soportan.

Su comprensión es excelente y le puedes hablar igual que a cualquier
niño regular. Pasea en bicicleta y le saca la vuelta a los autos
como cualquier niño (esto me tomó años, jejeje). Si le deseo
enseñar algo nuevo, basta que yo lo haga primero (le modelo la
acción) y por imitación, él lo hará también.

En forma espontánea, es muy afectivo y seguido, se acerca a las
personas que él quiere para sonreirnos, decirnos "te quiero", darnos
un tierno beso con un gran abrazo y luego retornar a lo que estaba
haciendo.

Su diagnóstico sigue siendo el mismo: autismo severo o profundo.

Es obvio que Javiercito no llenará las espectativas de muchos
padres, pero te puedo asegurar que él ha llenado las mías y yo las
de él. Ambos somos felices y tenemos orgullo uno por el otro.

Tal vez lo que me diferencía a mí de otros padres es que no me bastó
engendrar biológicamente a Javiercito, yo decidí ser su padre, de
desearlo así como es él y jamás compararlo con nadie mas. Recuerda
que la paternidad no está en la sangre, sino en la forma que la
acojas en tu corazón.

Te dejo estas líneas de reflexión y espero redefinas el rumbo de tu
vida, retomando todo eso que has dejado atrás.

Recibe un abrazo y dale un beso a tu hijo de mi parte.

Javier Garza

No hay comentarios: